La Muerte como alternativa de tratamiento Este capítulo suena algo tenebroso, y obviamente lo entiendo, desde ya quiero dejar en claro que no apoyo ni promuevo la Eutanasia, que soy respetuoso de las Leyes de mi país (que lo prohíbe y lo considera un delito) y de las Leyes de Dios (que lo considera un pecado mortal). Pero de lo que sí estoy convencido y eso sí lo promuevo es que cuando ya no hay nada por hacer y que cuando la enfermedad ya nos ganó la partida (la guerra), en vez de permitir una agonía inútil, dolorosa y denigrante es preferible dejar que la enfermedad siga su curso natural y dejar morir dignamente al paciente. Se considera una muerte digna a aquella, en la que el paciente muere sin dolor, limpio, sin escaras, de preferencia en casa rodeado de sus seres queridos, con sus sacramentos religiosos (si los tuviera) realizados, es decir una muerte en paz. Repito esto se debe de dar cuando con el paciente, el equipo médico agotó todas las alternativas, todas las posibilidades