No todos los problemas del sueño se resuelven con medicinas
La semana pasada acudió a mi consulta don Esteban, traído por su hijo Eduardo, quien estaba muy preocupado porque su padre no podía dormir bien y me pidió que le recete una pastilla para que duerma. Don Esteban es un viudo de 90 años de edad que durante su juventud fue un militar muy disciplinado y quien llevaba una vida muy ordenada, acostumbrado a levantarse, acostarse, ingerir sus alimentos, etc siempre a la misma hora. Luego de enviudar, don Esteban se fue a vivir a la casa de su hijo menor Eduardo, quien tiene cuatro hijos adolescentes que eran fanáticos del rock, y que solían escuchar música con el volumen muy alto y a altas horas de la noche. Al interrogarles sobre sus hábitos de sueño, Eduardo me dijo que solía acostar a su padre a las 7 de la noche, prácticamente inmediatamente luego de cenar. Don Esteban sufría de artrosis que le ocasionaba mucho dolor en las rodillas y un enfisema moderado (enfermedad de los bronquios), que en algunas ocasiones le impedía respirar bien. S