El Día de la Madre Adulta Mayor
El Día de la Madre Adulta Mayor
Dr. Carlos Sandoval
Cáceres
Médico Geriatra
“Este domingo de mayo vergüenza debiera
darme
Marcar un día del año para querer a la
madre,
tomar del día una hora, de la hora unos
instantes,
con un ramo de flores, unos versos
miserables y con un beso en la frente creer pagar lo impagable”
Así comienza una décima del genial poeta
peruano Nicomedes Santa Cruz, que resume muchas veces la realidad y lo que
sucede con nuestras madres. Recuerdo en el colegio, la maestra nos solía decir
que el Día de la Madre eran todos los días y que el segundo domingo de mayo era
un Día especial para recordar y homenajearlas. Pero al parecer, se aprendió lo
contrario, a la madre muchas veces sólo se le quiere ese día.
El Día de la Madre se ha celebrado a lo
largo de toda la historia de la humanidad, los griegos y romanos solían hacerlo
y muchas culturas antiguas también lo hacían, pero fue la norteamericana Ana
María Jarvis en 1910, quien propuso que se celebrara el segundo domingo de
mayo, como el Día de la Madre en los Estados Unidos, posteriormente muchos
países adoptaron esta fecha para la misma celebración, incluido el Perú.
Es anecdótico y hasta muchas veces
risible, pero el día de la madre en vez de ser un día familiar y especial en
donde se le saluda y le engríe a la mama, se ha convertido en una fecha
comercial en donde los grandes beneficiados son los comerciales y las grandes
tiendas de almacenes y para colocarle la cereza al postre, lo que promueven
para que se les regale a la Madre son artículos del hogar, como refrigeradoras,
lavadoras y cocinas o peor aún artículos para limpieza como la aspiradora, lustradora
y lava platos. Productos de los cuales todos los miembros de la casa se van a
beneficiar, pero que la mamá es quién los va a utilizar. En vez de engreírla y
rendirte un homenaje, hacemos que trabaje más y más para nosotros sin reconocerle
nada.
En el caso de la Madre Adulta Mayor,
quien muchas veces vive sola con el marido anciano o algún hijo o hija soltera,
que nunca se encuentra en casa porque está trabajando, para ellas, el mejor
regalo, no es algo material, como un perfume o una prenda de vestir; el mejor
regalo para ellas es tener su casa llena de hijos y nietos, todos ellos visitándola.
Aunque he visto casos extremos en que la madre se encuentra recluida en un
cuarto oscuro dentro de la casa (incluso con pijama) y todos los demás miembros
de la familia escuchando música, comiendo y bebiendo en la sala o el comedor.
Aquella madre que nos trajo al mundo y
que nos amamantó de bebés, que nos brindó nuestro primeros alimentos, que nos
llevó al colegio, que nos protegió del frío y de cualquier otra agresión y
porque no decirlo, nos engrió a pesar de nuestras travesuras y notas bajas,
ahora que está anciana y probablemente enferma, que ya no es la mujer
físicamente fuerte sino que ahora requiere de la ayuda de otras personas para
caminar y desplazarse, que probablemente su memoria ya no sea tan ágil como lo
era hace algunos años atrás, que ahora te hace la misma pregunta y te la vuelve
a repetir una y otra vez, así como cuando nosotros se lo hacíamos cuando éramos
pequeños y estábamos aprendiendo a
conocer el mundo.
La vida es un carrusel y una oportunidad
para poder devolverle una parte, ya que nunca podremos devolver lo mucho que
recibimos de nuestra Madre, que este domingo conmemoremos el Día de la Madre,
pero que no sirva de justificación para que sólo sea ese día, en el que nos
tomemos la molestia de visitarla o llamarla. Gracias a las nuevas herramientas tecnológicas,
ya no hay escusas para no comunicarnos con nuestras madres, a pesar de la
distancia física, ya que la globalización y la internet han reducido las
distancias y dos personas que se encuentren físicamente a miles de kilómetros
de separación pueden conversar en tiempo real, como si lo estuvieran haciendo
en la misma ciudad. A todas aquellas personas que tienen la bendición de tener
a sus madres físicamente vivas, no dejen la oportunidad de quererlas, darles un
beso y un abrazo todos los días, de llamarlas y estar atentos no solo a su
salud física sino también de su salud psicológica y espiritual; recordar que
para nuestra madre, siempre seremos sus “pequeños hijos”, y que siempre se
preocupará por nosotros y nos brindará amor, amor del bueno. No olvidemos a
nuestra madre santísima, la Virgen María, cuya celebración, este año, coincide
con la celebración de nuestra madre terrenal.
En nombre mío en
particular quiero rendir un homenaje especial a todas las madres del Perú y en
especial a las madres adultas mayores que hicieron todo para que nosotros
estemos donde estamos.
Gracias
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